El Proemio a “de medicina”, de A. Cornelio Celso
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Cf. Ilíada. I, 43 y sig.
Cf. Ilíada. XI, 833
Aún hoy día es un prejuicio popular el que el trabajo intelectual intenso deteriore la salud. Este
tópico tradicional aparece ya en Aristófanes, que presenta a Sócrates y a los sofistas como
individuos pálidos.
Se refiere aquí a las corrientes de los "dogmáticos" y "empíricos".
Siendo Temisón el iniciador de la corriente de los "metódicos", él mismo cambió en su vejez
algo de su propia doctrina.
Se refiere a los cuatro principios o elementos de Empédocles: fuego (asociado con lo caliente,
la sangre, la primavera y el temperamento colérico); agua (asociada con lo frío, la flema, el
invierno y el temperamento flemático); aire (asociado con lo seco, la bilis negra, el otoño y el
temperamento melancólico); tierra (asociada con lo húmedo, la bilis amarilla, el verano y el
temperamento sanguíneo).
Se refiere a las inflamaciones oculares, una de ellas frecuente en el Medio Oriente y causada
por un virus: el del tracoma.
Se refiere aquí, como en otros pasajes que siguen, a la corriente que los historiadores de la
Medicina denominaron después "dogmáticos" o, menos frecuentemente, "doctrinarios".
Es decir, los discípulos de Temisón, o sea, los metódicos.
Con esta medida se pretendía eliminar los humores considerados sobrantes.
Este último párrafo enlaza El Proemio con el resto de la obra.
DOI: http://dx.doi.org/10.11565/arsmed.v30i1.318
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